Por: Javier Orlando Muñoz Bastidas.
La creación del sentido es la posibilidad de la expresión de una consciencia. La posibilidad expresiva de la consciencia es infinita, por lo que la creación del sentido debe ser la expresión de esa potencia infinita. Crear un sentido es la expresión consciente de una potencia infinita.
Todo sentido es una posibilidad de creación en el que se implica la consciencia. El modo y nivel expresivo de un sentido evidencia a la consciencia creadora. Un sentido es una consciencia que se intenta conocer a sí, en la expresión creadora. Por eso lo importante es comprender el proceso intenso y riguroso mediante el cual un sentido es posible, porque se comprende la consciencia singular que se intenta expresar y crear.
Todo proceso es infinito, y consiste en hacer posible la expresión en plenitud de una consciencia creadora. Todo proceso es un devenir de una consciencia. La característica fundamental de un proceso, en el que una consciencia creadora se hace posible, está en asumir al caos como la posibilidad absoluta de lo nuevo, lo diferente y lo superior. La simultaneidad de lo extraño y lo excelso, en la que todo puede ser posible.
Lo importante es comprender cómo puede ser posible la creación de una consciencia nueva, diferente y superior. La acción creadora consiste en el despliegue afectivo de las fuerzas integrales de la individualidad, desde el que una consciencia se puede transformar. La individualidad es la posibilidad de la creación de una consciencia de sí.
¿Cómo crear y expresar una consciencia de sí, que implique la afirmación de una individualidad como despliegue infinito de fuerzas integrales? Se trata de la creación de una consciencia como singularidad, en la que se asuma la posibilidad de la creación como la característica fundamental de la individualidad. La individualidad como la afirmación absoluta de la creación superior de sí. La singularidad es una consciencia individual, que se crea a sí como potencia de creación infinita.
Pero, ¿es posible la creación de lo nuevo? Toda creación es de lo nuevo, y todo lo que existe es un proceso de creación. La consciencia es una creación. Sólo que se debe intentar reconstruir el proceso mediante el cual la acción creadora fue posible. Pero esto sólo es importante para potenciar la transformación de lo creado, que ha devenido como determinación, y crear nuevas y superiores expresiones de sentido. De hecho, es necesario una acción transgresora en la creación de lo nuevo, para que se impida que el sentido devenga determinación. ¿Qué hace posible la creación de lo nuevo, como acción de transgresión? La consciencia de sí como singularidad disruptiva.
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