En la serie “El problema de los tres cuerpos”, se
plantea que la mejor forma de controlar a los individuos es estupidizándolos.
Pero, ¿cuál es la mejor manera de estupidizar o de hacer de la estupidez un
estilo de vida deseado? Mediante la difusión de información falsa, entretenida
y de baja calidad. Las fake news y
el cyber-phubbing no sólo son
fenómenos sociales del mundo contemporáneo, sino que son dispositivos de
control político y epistémico. La mejor forma de estupidizar a los individuos,
es enfocar la atención hacia lo banal. La sociedad de la estupidez consiste en
instaurar una economía de la atención, que se enfoca en lo banal, y en la que
se pierde el sentido de lo fundamental.
Lo anterior se debe tener muy claro, porque en el
mundo contemporáneo se está difundiendo el fascismo como una nueva y atractiva
forma de estupidización. En la actualidad el fascismo está asumiendo discursos
de “libertad” y “revolución”. Esto es muy importante: porque no se trata sólo
de estupidizar a los individuos, sino además de hacerlos sentir
“revolucionarios”.
Como plantea Umberto Eco, hay fascismos de todos los
colores y partidos: fascismos de derecha y conservadores, fascismos de
izquierda y liberales. Pero también hay micro-fascismos:
podemos afirmar que el narcisismo es el micro-fascismo por excelencia de los
individuos actuales. El narcisismo es la mejor forma de estupidización.
El panorama social es cada vez más complicado. Por eso
es necesaria y urgente una re-lectura del texto del mismo Umberto Eco,
titulado: “Contra el fascismo”. En este
deja muy claro que, a pesar de todas las diversas formas de fascismo que hay,
se pueden establecer varias características que son propias de todo fascismo.
Las características son: 1. El culto a la tradición,
2. El rechazo a la modernidad (como proyecto de la Razón), 3. El culto a la
acción, en detrimento del pensamiento, 4. Rechazo de toda forma de pensamiento
crítico, 5. Rechazo de la diversidad, 6. Los discursos fascistas están
diseñados para seducir a los individuos débiles y frustrados, que ven en el
fascismo una pseudo-afirmación de sí mismos (vr.gr. el narcisismo), 7. El
fascismo seduce a quienes carecen de autenticidad, a quienes necesitan de un
líder, una bandera y un símbolo que venerar, 8. Un resentimiento hacia lo que
consideran “el enemigo”, 9. En el fascismo no se lucha por la vida, sino que la
vida está al servicio de la lucha, 10. Todo fascista se considera miembro de
una élite privilegiada, 11. La aspiración al heroísmo, como resultado de
sentirse especial, 12. Todo fascista realiza un ejercicio de poder, desde la
afirmación de su sexualidad (este punto aplica para los neo-machismos), 13.
Todo fascismo es populista, porque pretende hablar por “todos”, y 14. El
fascismo habla siempre en “jerga”, es decir: en términos cuyo sentido ya se da
por hecho; toda jerga fascista es incuestionable.
¿Cuáles podrían ser las características contrarias?
Umberto Eco no las plantea, pero se pueden leer entre líneas: La afirmación de
lo nuevo, lo diferente y lo impensable. El respeto por la singularidad de los
otros. El ejercicio constante del pensamiento
crítico, desde el que se puede cuestionar todo lo que se presenta como
“verdadero”. La búsqueda de una auténtica individualidad. Pensar por sí mismo,
ponerse en el lugar del otro y ser consecuente entre lo que se piensa y lo que
se hace.
Pero, ¿podría el panorama ser peor? ¿estamos en el
umbral de un nuevo fascismo algorítmico?
¿todos los aspectos de lo humano, dependerán de las decisiones que tomen
avanzados e irrefutables dispositivos tecnológicos? La inteligencia artificial
está determinando una nueva verdad algorítmica: ¿una verdad contra la que
ningún individuo podrá hacer nada? ¿cómo cuestionar las decisiones de una
superinteligencia algorítmica? La inteligencia artificial no estará al servicio
de lo humano, todo lo contrario: los seres humanos estarán al servicio de la
inteligencia artificial, a partir del principio de optimización. El nuevo
fascismo tecnológico tiene por lema: “Te optimizas o desapareces”. Lo que
significa que se deben asumir las determinaciones de verdad de la inteligencia
artificial, sin cuestionamiento alguno. ¿Individuos optimizados, pero
estúpidos? ¿la disrupción fascista está cerca?
Íncipit.
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