Por: Javier Orlando
Muñoz Bastidas.
La pregunta es clara: ¿todo
discurso implica unas prácticas vitales? La fisura fundamental del individuo
consiste en no actuar de la misma forma en que se piensa. Aunque el lenguaje
construye la realidad, las palabras no siempre se implican en las acciones del
individuo. La filosofía consiste en el esfuerzo consciente que el discurso se
implique en las prácticas y acciones vitales del individuo. Se llama filósofo,
no al que construye un sistema de pensamiento, sino a quien logra que sus
palabras coincidan con sus acciones. La filosofía es un modo de vida excelso,
porque busca y anhela la unidad integral de la consciencia individual.
Es por lo anterior que la
única filosofía que importa es aquella que hace posible una transformación
integral del individuo. Si una palabra logra que un individuo transforme su
existencia, entonces esa palabra es importante y valiosa. Es decir: si una
palabra impacta la consciencia individual y logra que el individuo la implique
en sus acciones vitales, esa palabra es la única que debe importar. ¿Por qué?
Porque la filosofía como modo de vida, permite una auto-reflexión profunda,
desde la que se identifica lo que impide una plenitud y elevación. Filosofar es
un deseo de consciencia de potenciación.
El conocimiento de sí debe
hacer posible un cuidado y una sanación de sí, y del otro. ¿Qué es un cuidado
de sí y del otro? Es comprender todo lo que impide el mejoramiento integral, y
superarlo en la consciencia de la plenitud. Cuidar es permitir que lo
importante se conserve. ¿Qué es una sanación de sí y del otro? Sanar es un
ejercicio interno de consciencia, que consiste en desplegar [poco a poco y en
un proceso vital continuo] las fuerzas integrales de la existencia. Quien sana
es quien puede crear. El cuidado hace posible la sanación.
La filosofía es un ejercicio
vital de potenciación. Si la filosofía no nos hace mejores, no sirve para nada.
El deseo de saber que está inmanente en el filosofar, hace de la vida del
individuo un proceso constante de transformación. El anhelo del saber no es
utilitarista, sino que se anhela por el saber mismo. Pero no cualquier saber,
sino aquel que permite una consciencia y una creación de sí. El deseo por el
saber es un deseo superior, porque es el anhelo de una transformación integral.
Y el saber que ese anhelo busca es ideal, porque es un saber como conocimiento
de sí. El único saber importante es el conocimiento de sí, en el que se
despliegan las fuerzas y se crean nuevas. Un saber ideal es la consciencia de
sí como posibilidad superior.
Pero lo anterior no sería
posible, sin el otro con quien realizar el proceso integral. El otro no es
alguien cualquiera, sino el amigo con quien se construye un vínculo existencial
afectivo. El amigo es a quien se cuida y se sana, de la misma forma que amigo
es quien nos cuida y sana. No existe proceso de transformación y elevación de
la existencia del individuo, sin el vínculo afectivo del amigo. ¿Qué es un
vínculo superior? Comprender que el otro es un mundo posible, y es con quien se
puede construir una realidad mejor.
El vínculo afectivo con el
otro es lo que impulsa el anhelo por el saber ideal. El deseo no está
determinado, sino que hay que crearlo en un proceso de formación integral de la
individualidad. El deseo se forma es una transformación del sistema de la
corporalidad, de la sensibilidad y del pensamiento. Esta [formación] la hace
posible la experiencia amorosa. El amor es lo que impulsa al deseo a
transformarse en un anhelo superior, que busca el saber ideal o el conocimiento
de sí. El amor a sí mismo sólo es posible cuando se ama a otro. El amor al
conocimiento surge cuando alguien inspira a iniciar el proceso fundamental de
transformación de la existencia. La filosofía es un modo de vida, en el que se
afirma la individualidad como consciencia superior.
Quien se dedica a la
filosofía, es quien asume de forma íntegra la posibilidad de un conocimiento y
una creación de sí. Filósofos son los individuos que lo arriesgan todo para
crear una vida digna y superior. La integridad interna de la consciencia [entendida
como la determinación absoluta de asumir la existencia como una dignificación
de sí] es la mejor forma de práctica política porque inspira en otros el
cuestionarse a sí mismos, y el anhelo de la decisión de transformar su vida.
Una de las mejores formas de revolución molecular es la integridad interna de
quien filosofa. Una sola vida excelente y superior puede hacer posible la más
importante transformación de la sociedad. La filosofía es un bien común.
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