Por: Javier Orlando Muñoz Bastidas.
¿Qué es el asco? El asco es la reacción inconsciente del individuo, mediante la que rechaza todo lo que podría hacerle perder el sentido esencial de su existencia. El asco no es una reacción fisiológica, sino que es una reacción existencial ante aquello que podría contaminar, despotenciar o hacer que el individuo ingrese en un estado de decadencia espiritual. El vómito es un símbolo de rechazo ante lo que podría hacer que el individuo pierda su esencia vital.
La sensación del asco indica que el individuo todavía quiere luchar por la dignificación de su existencia. El asco indica el peligro ante la posibilidad de una pérdida de sentido de la existencia. Por eso el asco guarda un profundo anhelo de transformación integral, de la existencia individual.
Mediante el asco, el individuo se aferra a la fuerza que aún le queda, y rechaza todo lo denigrante y decadente. En el asco hay una fuerza y una esperanza de transformación. Es el deseo de catarsis de todo lo que pretende anularlo o someterlo a una existencia normalizada.
El asco, la náusea y el deseo de vómito son transgresores, porque rechazan toda la putrefacción espiritual del mundo contemporáneo. El asco es el inicio de un proceso de transformación creativa de la existencia.
Una filosofía del asco consiste en hacer consciente todo lo que despotencia la existencia integral de la individualidad. Esto es fundamental, porque no se trata de quedarse en el asco, sino de hacerlo consciente para desplegar la potencia transgresora del individuo. La consciencia interna del asco, despierta una potencia indestructible.
Una filosofía del asco también consiste en asumir y comprender el vacío fundamental de la existencia. ¿En qué consiste ese vacío? Consiste en tomar consciencia que la existencia no tiene sentido, y que, por eso mismo, se le debe crear un sentido superior. ¿Por qué ese vacío genera asco? Porque para asumir el vacío fundamental, el individuo se debe purificar de todos los sentidos que le han construido y determinado.
En la filosofía del asco, el individuo se purga de todos los sentidos, parámetros y paradigmas desde los que le han determinado una existencia “triste”. Lo que realmente quiere evacuar el asco, es la tristeza de una existencia decadente.
La conmoción interna del individuo, es lo que permite el anhelo profundo de una transformación. Pero esa transformación no es un simple cambio o sólo el mejoramiento de algunos aspectos de la propia vida. El asco fundamental anhela una transformación integral de la existencia, que consiste en la posibilidad de la creación de una nueva individualidad singular. De lo que se trata es de la creación de una nueva existencia, en la que el individuo pueda desplegar sus fuerzas integrales.
Sin una transgresión de todo lo establecido, no puede haber creación de una nueva existencia. Es esa la función filosófica del asco: la repugnancia radical a todos los valores decadentes y despotenciadores. El asco es una ética de la distinción.
¿En qué consiste el anhelo de transformación de sí? En tomar consciencia que se puede ir más allá de los propios límites. El anhelo de transformación, es una lucha interna con los límites de la consciencia individual. Es un deseo de trascendencia interna, en tanto en el vaciamiento existencial que hace posible el asco, se comprende que inicia un nuevo proceso que no está determinado y, por tanto, que no tiene límite. La trascendencia de la existencia, está en la consciencia que los procesos de creación son infinitos.
¿Qué se puede crear, en un proceso que es abierto e
infinito? En la filosofía como anhelo de transformación integral, se afirma que
el individuo es aquello que deviene como consciencia de sí única. El asco
guarda el anhelo de la posibilidad de afirmar una existencia diferente e
irrepetible.
¡Íncipit!
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