Una filosofía de la esperanza.


 Una filosofía de la esperanza.

Por: Javier Orlando Muñoz Bastidas.

          1.

¿Cuál es la diferencia entre la esperanza y el optimismo? La diferencia es clara y radical: el optimismo consiste en convencerse que todo saldrá bien, mientras que la esperanza consiste en comprender que el futuro es un “campo abierto de posibilidades” (Chul Han). El optimismo es un autoengaño, la esperanza es una apertura de la percepción. ¿Por qué? Porque el optimismo no considera la posibilidad de que algo salga mal, en cambio la esperanza se fundamenta a partir del desastre. El optimismo es una afirmación de lo obvio, la esperanza es una lucha por lo nuevo. 

Pero con el pesimismo pasa algo parecido que con el optimismo: el pesimismo es un cierre de la percepción, en la que se rechaza todo cambio, y no hay una apertura hacia otros “mundos posibles” (Deleuze). Con el pesimismo pasa algo parecido a lo que Sloterdijk afirma del ateísmo: todo ateísmo es “provinciano”, porque el ateo siempre niega una concepción particular y regional de Dios. No existe un ateísmo universal (“Celo de Dios”). De igual modo, el optimismo y el pesimismo son dos modos diferentes de un mismo enfoque: negar la irrupción de lo nuevo. 

Esa es la acción fundamental de la esperanza: la afirmación absoluta de lo nuevo y de lo superior. La esperanza consiste en comprender y en desear que todo puede ser diferente. 

          2.

En este punto es importante comprender la distinción que hace Derrida, entre el futuro y el advenimiento (Ver documental de Kofman y Dick). El futuro se puede predecir, planear y calcular. El advenimiento, en cambio, no permite ninguna predicción, ninguna planeación y ningún cálculo. El advenimiento es la irrupción intempestiva de lo nuevo y de lo diferente. La esperanza siempre espera lo imprevisto y lo imposible (Sloterdijk). 

De igual modo, es urgente y necesario distinguir entre lo nuevo y la innovación. Lo nuevo es la irrupción imprevista de lo impensado, de lo imposible y de lo superior. La innovación es un dispositivo de dominación, que funciona con la lógica algorítmica de la optimización. ¿Qué es optimizar? Es transformar algo para que sea más eficiente y productivo. Innovar es mejorar un producto, para que la dinámica de la producción y del consumo de baja calidad aumente (Sadin). Pero lo importante está en comprender, que lo que se innova óptimamente en el mundo actual, son las identidades y los proyectos de vida de los individuos. Individuos óptimos y optimistas, pero sin esperanza. 

La esperanza es el requerimiento fundamental de toda revolución (Chul Han). Una revolución no quiere decir: innovar y optimizar. Una revolución quiere decir: empezar todo de nuevo.  

          3.      

Para Camus, la esperanza es lo propio de quienes han renunciado a la vida. Para este filósofo, la esperanza consiste en el anhelo de otra vida y la negación de esta (“El verano en Argel”). Pero, una filosofía de la esperanza es todo lo contrario de lo que afirma Camus. La esperanza es una afirmación intensa de la vida, tal como lo afirma Nietzsche: “La esperanza es un arcoíris desplegándose sobre el manantial de la vida” (“Fragmentos póstumos”). La esperanza es una afirmación de la vida, en medio de la desgracia y la destrucción.  

Lo anterior debe llevarnos a reflexionar sobre el concepto de “conatus” en Spinoza. ¿Qué es el conatus? Spinoza lo expresa así: “Cada cosa se esfuerza, cuanto está a su alcance, por perseverar en su ser” (“Ética, L3, P VI). No se trata de vivir por encima de todo. La esperanza es el deseo de una vida mejor. No es perseverar en la existencia tercamente (que es lo que tal vez quiere decir Camus), sino sólo en perseverar en la “esencia” del ser o de la existencia. Hay que afirmar lo esencial de la vida. Y esa afirmación es una acción propia de la esperanza. 

Entonces no es verdad que hay que afirmar la vida por encima de todo, sino que hay que afirmar la vida en su esencia, que consiste en el deseo de una vida superior.   

La esperanza no consiste en el deseo de vivir por vivir, que es en realidad pura “supervivencia” o “mera vida” (Heidegger), sino en el deseo de crear una vida nueva y superior. Y de hacerlo en un vínculo afectivo con los otros. Nadie “espera” solo, sino en un vínculo con otro. 

La esperanza es una danza alegre con el caos renovador. 


¡Gracias!






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