El
amor que vale es una grieta.
Por:
Javier Orlando Muñoz Bastidas.
Poética:
El amor que vale
es una grieta: irrumpe del fondo y sin explicación, deja las calles y las
paredes heridas, para que puedan respirar.
Exergo:
La experiencia
erótica es todo lo contrario al narcisismo, porque implica la afirmación del
otro, incluso por encima de sí. Esto es muy complicado de comprender, asumir y
aceptar: primero porque el proceso de creación y afirmación de la identidad del
individuo es arduo y, segundo, porque el sistema económico actual se fundamenta
a partir de la promoción a ultranza de la individualidad. La experiencia
erótica rompe con lo anterior: en la experiencia erótica el otro irrumpe,
cuestiona y desestabiliza todo lo establecido (en especial la identidad del
individuo), y lo hace porque ante la presencia y la conciencia del otro, el
individuo comprende que ese otro es tan importante como él o más importante que
él. De igual modo la experiencia erótica es una ruptura con el sistema económico
regente, porque se anula la intención de un aprovecharse del otro, de utilizar
al otro con fines particulares. Lo que irrumpe en la experiencia erótica es el
deseo de construir un proyecto de vida superior con el otro.
Se debe resaltar
la afirmación: “el amor que vale”, porque, en efecto, no se está refiriendo a
un amor común, sino a un amor especial, diferente y valioso. Una señal y
característica de un amor valioso es la capacidad que este tenga de crear “grietas”.
Los otros amores no son tan valiosos o no son valiosos en absoluto. Esto es lo
que pasa con el amor narcisista, en donde el otro sólo es un medio para lograr
los fines y propósitos del individuo, es una instrumentalización del otro, es
volver al otro un objeto de los deseos personales. Pero en el amor valioso el individuo
se quiebra, se despoja de su individualidad y se abre a lo nuevo, que es, por
ese quiebre, doloroso. Pero es el dolor de la transformación, el dolor de aquél
que tiene la posibilidad de una vivencia con el Ser auténtico. Es el amor como una
experiencia interna, que hace posible un despertar y un renacer.
Platón diferencia
entre el amor Pandémico y el amor Uránico. El Pandémico es el amor al cuerpo,
pero no a un cuerpo erótico, que se expresa como una obra de arte, sino al
cuerpo objetualizado y mercantilizado que funciona a partir de prototipos y del
mecanismo estímulo-respuesta. El amor Uránico es el amor al alma, para Platón
el alma es aquello que le permite a un individuo alcanzar la virtud y el
conocimiento: virtud es hacer algo de forma excelente y superior; conocimiento
es la creación de la Idea. Una idea es la creación de un sentido de forma
universal, necesaria y constante, en oposición a la opinión o doxa que es
aparente, relativa e inestable. La idea se constituye como la capacidad de
comprender algo en su fundamento, así por ejemplo la idea de amor se comprende
como: la fuerza que impulsa hacia lo mejor.
El amor que vale
es una experiencia transformadora, en la que es posible una evolución. No se
trata de estar en contra del placer, sino de los placeres simples y
superficiales que no hacen posible la elevación hacia la idea. De lo que se
trata es de una afirmación de los placeres superiores, es decir: de los
placeres en los que el cuerpo, la sensibilidad y el pensamiento se construyen y
se elevan. Cuando se dice: “para que puedan respirar”, se habla de un amor
transformador, de un amor que irrumpe y genera dolor en un primer momento, pero
que luego permite una apertura de la conciencia de los amantes.
¡Gracias!
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